Para las empresas, la innovación es más rentable porque les da la oportunidad de ofrecer productos y servicios únicos que los clientes desean, adoptando métodos de fabricación más eficaces que los de sus competidores.
La innovación es el proceso mediante el cual bienes específicos o métodos de fabricación (desarrollados utilizando información nueva o una síntesis creativa de información antigua) se introducen con éxito en los mercados y, por consiguiente, en la sociedad.
Del mismo modo, las empresas que desarrollen capacidades de innovación a largo plazo tendrán los conocimientos necesarios para reaccionar con rapidez y éxito ante los retos de la competencia. Todo ello apunta al potencial de crecimiento sostenible, que se traduciría en la creación de más y mejor empleo, así como en mayores salarios y mejores condiciones laborales.
La innovación beneficia a los clientes al dar lugar a productos de mayor calidad y más asequibles, servicios más eficaces y, en definitiva, una mejor calidad de vida.
En conclusión, se pueden dar diversas explicaciones sobre la importancia de participar en proyectos o actividades de innovación. Las 4 principales justificaciones son las siguientes:
- Concentrarse en el cliente. Las empresas que se dedican a la innovación se distinguen por ofrecer al mercado nuevas maneras de satisfacer las cambiantes demandas y expectativas de sus clientes.
- Capacidad de la innovación para reducir realmente los costos de las empresas.
- Diferenciación. Con la gran oferta de bienes y servicios que existe hoy en día, las empresas deben diferenciarse de sus competidores ofreciendo ofertas únicas no sólo a nivel de mercado, sino también en otros ámbitos como el marketing, la comunicación, etc.
- Otra justificación de la innovación, aunque quizá reciba menos atención, es su papel en la retención del talento. Las empresas innovadoras suelen tener empleados más motivados, lo que aumenta el sentido de comunidad.